Soberbia obra poética de Jorge de la Torre Saltos, una más de la producción literaria a la que nos tiene acostumbrados. En ella, como buen escritor,conserva la eficiencia del lenguaje. Es decir, lo mantiene asequible, claro, haciéndolo descifrable al lector en a la profundidad del tema escogido.
El autor, en cercanía existencial, consciente de que la poesía es el género de la sinceridad última e irreversible, expresa: “Te propongo un convenio Palabra” (…) Como que desde su propia visión y desde la ajena, usa la poesía para penetrar en la palabra y, la descompone, la abre como un capullo a todos los matices de significación, la transforma en su cómplice, y con ella, va al encuentro de la verdad filosófica del ser en congruencia con el amor; la despliega para abrirse en horizontes infinitos y sumergirse en ellos, disfrutando en el fluir constante del amor, que se traduce en sabiduría poética que es luz que nos permite ver (…) Juega con las palabras, las entrelaza transformándolas en verdades rodeadas de misterio, en el espacio indefinido del infinito.
En la primera parte, “mujerfilosofía”, ubica su poesía en torno a la mujer; sinónimo intrínseco de amor, vida, eternidad (…) y se transforma en “otro” cuando su ser se proyecta en la búsqueda de ese mundo en el que la poesía cuajada de infinitos, le libere del absurdo de la cotidianidad, de la espera, los recuerdos, los sueños; de los silencios que menciona, desvalijando la razón solar y apoyándose en palabras que le permitan expresarse “desplegando sus azules libertades”.
En la segunda parte, se irradia en la búsqueda de la verdad filosófica. Muchos han intentado ir a ella por los caminos de la poesía, Jorge de la Torre, llegó a la poesía por los caminos de la verdad. Esa escencia vivida a través de sus mundos, sus inmensidades, sus infinitos y las de aquellos que pulieron su ser más íntimo, para “algún día”, (…) envolver sus letras en el ropaje de lo humano y acercarse a las realidades de los “otros” (…)
María Alicia Osorio de Noboa
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