“Los libros te enseñarán, y no te avergonzarán.” Asegura un refrán y otro dice: “La pluma es lengua del alma”.
El distinguido y apreciado colega, riobambeño, compañero de funciones cuando ejerce como magistrado de la Sala Penal de esta Corte Provincial de Justicia, el Dr. Marco Carrillo Velarde, entre sus virtudes manifiestas en esta espléndida obra jurídica de su autoría, afirmo que desborda su alma y el ímpetu de espíritu.PREMISA. Bellamente habla del profesional del Derecho como cuando
dice: “El abogado es hombre de sabiduría, de consulta, que siempre pone de manifiesto el altruismo y nobleza… ciudadano culto, que impone respetabilidad, justo, que profesa de manera imperativa el bienestar social.”
Sin embargo y sin ambages, describe una penosa realidad relativa a nuestro campo de actividad, expresa que: “Estamos conviviendo la etapa del desamor, del irrespeto a la abogacía”, pues inclusive “…a lo mejor se busca sin sacrificio un rendimiento económico, sin mayor esfuerzo.”
Resalta que estamos “soportando calificativos peyorativos gracias a la mala fama que tiene nuestra profesión, con comentarios que van lo ridículo a la ofensa”, por lo que recomienda “… establecer que la justicia por la que luchamos, sea labrada con dignidad, altura propias de quienes hemos escogido esta noble profesión. Justicia no es dañar a otro.” Por aquello plantea con acierto, dentro de los ASPECTOS DEONTOLOGICOS de su excelente obra, formular un combate ardiente y frontal a las prácticas de corruptela; pide que: “Ayudemos a cambiar actitudes”. Y en mi opinión se torna magnánimo al afirmar que: “Estamos llamados a decir la verdad, a defender el derecho y principalmente la justicia.” Porque en otra frase que resulta célebre, es del pensamiento que: “La verdadera justicia alcanzaremos con moral y ética, en la práctica con comportamientos que brinden a la sociedad la suficiente confianza.”
En definitiva, y al punto, muy bien hace en afirmar que: “Debe asistirnos siempre el mejor de los comportamientos que conlleva a justipreciar nuestra noble profesión”.
Entre las figuras locales y nacionales de personalidades destacadas por el autor, consta también mi señor padre, por ello, no puedo menos que reconocerle en nombre de la familia, por la justicia que pregona y practica.
Dentro de la primera parte de su libro trata de: LOS VALORES FUNDAMENTALES, asume temas gravitantes, tal la ETICA y la ABOGACIA, recuerda que “El hombre debe asumir la búsqueda del bien y alejarse del mal”; la DEONTOLOGIA-ETICA, ciencia de los deberes; la ETICA PROFESIONAL, apunta que se cualifica desde conductas elementales, en base al honor, dignidad, integridad, concernientes a las relaciones con los colegas, sobre todo, con el cliente, guardándole el secreto.
Al referirse a LA MORAL, describe su decadencia, opina por falta de compromiso, seriedad y profundidad en los estudios universitarios, además, por la crisis de la sociedad, convirtiéndose el abogado algunas veces en “cómplice del fraude”, “encubridor del delito.” Repleto en valores y principios éticos, el Dr. Marco Carrillo Velarde en mi criterio trasciende cuando plantea y escribe con decisión y valentía sobre estos aspectos relevantes e indispensables, en la vida del profesional del Derecho. No cabe más que observar el respeto a todo y a todos, pues creo es la base de la convivencia social; su consecuencia es aceptación, armonía, paz e inclusive progreso.Es importante no sólo saber de leyes, de su aplicación correcta, es Deontología Jurídica y los Abogados indispensable –propone- ser en todo sentido honrados.
Debo resaltar aquello que incumbe a lo SOCIAL, cuando expresa: “Los abogados de ninguna manera podemos estar divorciados de la realidad social, tanto más que somos conocedores de la problemática en que vive nuestro país…”
Al hablar de la INDEPENDENCIA, HONRADEZ, PROBIDAD, RESPETO, destaca que debemos hacer lo que nos indica nuestra conciencia, lo digno, no vanidoso, –pide- llevar de manera irreprochable la actividad profesional, jamás aconsejar un acto fraudulento, formulaciones inexactas, o preparar escritos con afirmaciones tendenciosas e incompletas, contrarias a la verdad. Con gran convencimiento recomienda mantener una adecuada relación de compañerismo entre colegas, observando recíproca lealtad, respeto mutuo; nos recuerda lo dispuesto en el Art. 54 de la Constitución de la República: “Las personas serán responsables por la mala práctica en el ejercicio de su profesión, arte u oficio, en especial aquella que ponga en riesgo la integridad o la vida de las personas.” Esto cuando escribe del título que denomina de los: PRINCIPIOS GENERALES Y RELACIONES CON LOS OPERADORES DE JUSTICIA, ABOGADOS Y LA SOCIEDAD, Comenta sobre los hábitos del profesional del Derecho, de lo que debe ser su carácter, conducta superior, la elemental cortesía, la necesidad de observar puntualidad, de la discreción, la obligación de investigar; en otra parte de su texto sugiere: “Nunca olvidar la preparación personal, el estudio técnico del Derecho, la formación académica, la necesidad de la especialización, la profundización en el conocimiento.”
De los ABOGADOS Y OPERADORES DE JUSTICIA, de los primeros,es su opinión imitable que debemos estar del lado de la justicia, a quienes considera líderes de conductas humanas, incapaces de cometer fraude, por lo que –exige- combatir la corrupción, por todos los medios lícitos. Más adelante, estima cuestionable, utilizar los medios de comunicación para discutir asuntos que se nos encomienda. Se remite al tratadista Calamandri, quien estima que: “Los abogados debemos llamar la atención del cliente sobre la cuestión moral antes que sobre la cuestión del Derecho”.
Para finalizar la primera parte con pertinencia dedica un título a los FUNCIONARIOS JUDICIALES, a quienes preferentemente pide eficacia y celeridad en los trámites.
La segunda parte del libro titula: PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES y LEGALES, en donde cita y comenta realmente sobre aquellos más importantes, contenidos en la vigente Constitución de la República, muchos que vienen desde la anterior, y que hoy en la actualidad son de frecuente aplicación, uso por todos quienes estamos vinculados con el campo de las leyes.
Se refiere a cada unos de los principios de inmediación, preclusión, oficialidad, de investigación integral, del debido proceso, de contradicción, celeridad, ataca el retardo; de concentración, legalidad o reserva, publicidad, y de este último manifiesta que salvo honrosas excepciones los medios de comunicación son sensacionalistas; del juez natural, de la presunción de inocencia, baluarte poderoso de la libertad humana, según Carnelutti. Otros principios que enuncia y hace bien en describirlos son: De la motivación, la inviolabilidad del derecho de defensa, dispositivo o que trata del impulso procesal, se remite a un fallo de la Corte Constitucional; la oralidad, que no se debe confundir con oratoria; de oportunidad, es excepción a la legalidad; el “nom bis in idem”, diferente de la cosa juzgada; la supremacía constitucional, de oficialidad, objetividad, de aplicación inmediata y directa, el de incondicionalidad, de plena operatividad o que favorezca su vigencia efectiva.
Comparto y alabo cuando consagra aquello que dice: “Tenemos el verdadero reto de desarrollar, investigar y profundizar que los derechos y garantías constantes en los textos constitucionales y legales, se constituyan en la brújula para una verdadera convivencia social justa, que reflejará en una verdadera democracia. Termina su espléndida obra con los Mandamientos del inmortal tratadista uruguayo Eduardo Couture. Por lo que en fin, diferente, necesario, útil, de fácil comprensión es este valioso trabajo, pues no nos somete únicamente al frío análisis de las leyes, de la doctrina, jurisprudencia, sino también, en un momento decisivo del ejercicio de la abogacía, cuando muy bien resalta y recuerda los principios éticos, morales, que señalan cómo debemos comportarnos, basado a su vez en los pensamientos de grandes filósofos, personalidades. Con entusiasmo aseguro que esta obra es de gran utilidad, indispensable en las librerías, en las bibliotecas, en las manos de los estudiantes de Derecho y de los colegas, más aún. Colton plantea que “Debemos usar un libro como las abejas las flores: para absorber su esencia”.
Mis sinceras congratulaciones y agradecimiento a la vez al Dr. Marco Carrillo, por este valioso libro que me enaltece comentar, al que desde ya le advierto un éxito completo en su edición.
Dr. Luis Costales Terán
MIEMBRO DE LA CASA DE LA CULTURA
“BENJAMÍN CARRIÓN” NÚCLEO DE CHIMBORAZO
Les invitamos a leer el texto completo. Haga clic en el link para bajar el libro
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